¿Por qué somos competitivos?

Submitted by admin on Thu, 03/03/2022 - 22:43
Estamos en una clase. El profesor formula una pregunta para promover la participación y algunos levantan la mano para contestarla. ¿Con qué propósito? ¿Protagonismo? ¿La satisfacción personal de haber respondido? ¿Destacar y lucirnos delante de los demás? ¿Acaparar la atención y el reconocimiento del profesor diferenciándonos del resto? ¿Aceptación colectiva? Algunos expertos académicos le llaman competitividad y la usan como un motor motivacional.
 
La competitividad es la mezcla de habilidades mentales y físicas que generan la capacidad de alcanzar metas específicas a corto, mediano o largo plazo. Puede definirse también como un reto en cualquier escenario donde medimos qué tan bien nos va respecto a los otros.
Todas las personas estamos condicionadas a competir, lo llevamos marcado en nuestro ADN. Esto radica en la necesidad más básica de perpetuar la especie, sobrevivencia. Y aunque todos los seres vivos luchan por sobrevivir, el raciocinio ha hecho que históricamente y por un tema social, los humanos defendamos a los grupos afines a nuestros intereses considerando como amenazas o agresores a los que tienen pensamientos distintos.
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Personalidad competitiva: ¿es malo o bueno?
Por lo general, la competitividad está asociada a valores que despiertan solo sentimientos negativos e insanos como el ego y la agresión; pero, aunque mucho se usa la palabra, se dimensiona pobremente. La competitividad tiene que ver con la superación personal y con hacerse valer. Se puede ser competitivo con inteligencia y no con malicia, con determinación manteniendo la ética. Se puede competir con firmeza y desde la constancia y la generosidad.
 
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Incluso, esa conciencia característica de las personas ha logrado que traslademos nuestros deseos de competir a escenarios menos dañinos y autodestructivos, como el deporte, los negocios y la cotidianidad. Los Juegos Olímpicos, el Mundial de Fútbol y los concursos de belleza son un buen ejemplo, ya que promueven valores como el respeto y la sana competencia permitiendo representar a los respectivos países participantes bajo un mensaje de unidad e integración cultural.

En este orden de ideas, es lógico que seamos competitivos, unos en mayor medida que otros. Desde que somos niños competimos por el afecto o la atención de nuestros padres, especialmente quienes tenemos hermanos. Competir desarrolla una relación estrecha a la autoestima y la visibilidad que luego se va desarrollando con mayor fuerza en lo académico y profesional.
 Es fácil confundir competitividad con ambición, pero todo dependerá del enfoque que cada uno le otorgue. La idea es alcanzar los objetivos personales sin pasar por encima de los demás, trabajar en equipo y disfrutar del triunfo ajeno, así como el propio.
¿Cómo llevar una competitividad sana?
En algunos la competitividad puede convertirse en algo nocivo si no sabés menajarla. Basta con percibir algunos casos donde logra afectar el bienestar emocional cuando no se obtienen los resultados esperados. Entonces, se empiezan a experimentar sentimientos de frustración, ira, fracaso, inestabilidad o malestar. Por ello, es necesario comprenderla desde un punto que te permita la superación personal y esté bien entendida.
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¡Es necesario dejar la comparación con otros! Una buena forma de gestionarla apropiadamente es que la competencia sea con vos mismo, intentando ser tu mejor versión cada día y esforzarte por aceptarte cada día y comprender que todos tienen diferentes procesos. En indispensable encontrar un equilibrio, en donde sea la autoexigencia la que determine los aspectos en los que debés trabajar y fortalecer cada día.

Por favor sé consciente de que cuando competís con otras personas, muchas veces, tus miedos se agudizan y tus dudas pueden hacerse más grande. Así que, recordá, el proceso es personal. Está bien que tengas una personalidad competitiva, pero no podés dejar que eso te condicione en todos los escenarios, a veces aceptar que es necesario mejorar te permite crecer y entender algunas limitaciones.
Tal vez después de leer este artículo logrés comprender muchas cosas que te indican que la forma en cómo lleves algunas conductas te permitirán destacarte de forma positiva. No querrás que bajo ningún contexto seas percibido de forma negativa, cuando tu único objetivo realmente es sacar el máximo provecho a lo que podés ser y dar, ya sea en el aula de clase, en tu trabajo, reuniones familiares, etc.
En U San Marcos, siempre invitamos a la reflexión, el pensamiento crítico, a valorar cómo te afecta y cómo puedes mejorar tu sello de bienestar emocional.
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Por qué somos competitivos
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Autor
Jorian Enciso para Universidad San Marcos