La vida está llena de cambios, es tan sencillo como que el que se adapta a ellos sobrevive. Por ejemplo, en tu vida universitaria, ¿cuántas veces no te has tenido que adaptar a nuevos profesores, compañeros de grupo, horarios y materias?
Pero si vamos más lejos, vemos la situación actual del mundo, llena de cambios tan drásticos que hasta llegan a deprimir a muchos. ¿Sos de los estudiantes que se han deprimido con el encierro y aislamiento?, ¿recibir tus clases 100% virtual ha significado algo positivo o negativo para vos?
Tanto para tu vida universitaria, como personal, la disposición y apertura al cambio debe ser la adecuada, ya que eso definirá si los cambios se vuelven un obstáculo o una oportunidad.
¡Tenemos algunos tips para que podás acoplarte y sacarle el máximo provecho a cada cambio que se presente en la vida! Porque no hay nada más aburrido, que indisponerse ante el menor cambio.
¡Acepta y asimila!
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Cuando llega un cambio y no tenemos la actitud correcta se nos dispara una alarma de pánico, incertidumbre y negación. Lo mejor que podés hacer cuando sentís que esta alarma se activa en vos, es respirar y decir: “yo acepto este cambio y estoy dispuesto a enfrentarlo”. Hablar con vos mismo es prácticamente darle una orden a tu cerebro, que al final la terminará siguiendo.
Desactivar esta alarma de pánico es un paso muy grande, así que esfuérzate.
Cuidado con esto
¿Sabés en que se diferencia la resignación de la aceptación? La primera consiste en vivir con desanimo y tristeza una situación por obligación, mientras que la aceptación consiste en ser positivo al asimilar un cambio, encontrándole el lado bueno a la situación.
Un balance
La gran mayoría de veces los cambios, aunque cuesten terminan trayendo cosas positivas. Te invitamos a hacer una lista con aquellos cambios que has tenido, no importa lo pequeños que sean.
Ahora evaluá cuáles fueron positivos y negativos para tu vida. ¿Te diste cuenta? ¡Los cambios han sido positivos y te han ayudado a avanzar!
Aprende de los demás
Si hay un cambio general en la universidad, es lógico que no te afecte solo a vos, también afectará a tus compañeros. Por ejemplo, ¿qué tal se han tomado ellos las clases totalmente virtuales? Puede que tu punto de vista sea totalmente negativo, pero el punto de vista de ellos sea positivo.
Analizá cómo otros asimilan y viven los cambios, esto te servirá para ampliar tu panorama y ver cosas positivas que por estar encerrado en tu cabeza no sos capaz de verlas. ¡Adaptarse al cambio es un ejercicio personal, pero podés apoyarte en otros!
No dejes interrogaciones
Los cambios son novedad, son caminos nuevos por recorrer, por ello mucho de ellos es desconocido para nosotros. Antes de decir si un cambio es bueno o malo, tomá tiempo para averiguar todo sobre este, no dejés preguntas sueltas, seguro al informarte bien sobre ellos, te darás cuenta de que no son algo imposible de lograr.
Durante ese proceso de investigación y conocimiento la alarma de pánico se apagará gradualmente porque verás que no hay nada que temer.
El valor de la paciencia
Todo cambio implica un proceso, así que dale un tiempo de “prueba” a dicho cambio y proceso. Es un error muy común querer que cada cambio salga perfecto de manera inmediata, ¿acaso no recordás que antes de aprender a dividir pasaste por el proceso de aprender a sumar y a restar?
