¿Te pasa que hay días en los que no hacés más que estudiar? Y si sos de los que trabaja, ¿se te va todo tu tiempo frente a la pantalla con las tareas de tu trabajo y de la universidad? Este es uno de los panoramas más comunes en relación con el estudio en tiempos de pandemia.
Cientos de estudiantes se han visto agobiados por esta situación, porque sin darse cuenta solo se limitan a estudiar, trabajar, o lo que es peor, pensar en lo negativo de la emergencia por la que el mundo está pasando. No te decimos que ser aplicado con tus estudios esté mal, o que estar informado y pensar en soluciones sobre el COVID-19 también sea malo, lo que queremos recalcar es que debés aprender a tener un momento y espacio para todo; no puede ser que tengás a tus familiares todos los días a unos cuantos metros de tu habitación y no disfrutés de su compañía.
No queremos que el agobio te lleve a experimentar altos niveles de estrés, tristeza, ansiedad, desespero y frustración, por eso elaboramos algunos consejos para que logrés mantener el equilibrio entre tu familia, estudio y pandemia:
Espacios independientes
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Asegúrate de que vos y cada miembro de tu familia, tengan un espacio de estudio o trabajo, esto hace que la mente se active al reconocer que en dicho espacio debe ponerse en marcha para aprender y producir. Así mismo, la productividad aumentará con delimitar espacios físicos de estudio.
Te explicamos otro beneficio de este punto: supongamos que terminás tus trabajos de la universidad, te levantás del escritorio y vas a la sala. Inmediatamente tu cerebro sabe que ya no debe estar en “modo estudio”, por el contrario, entrará en “modo familiar” listo para compartir con los que más quieres.
No te sobrecargues de información
Una de las mayores causas de ansiedad entre los estudiantes es el exceso de información y tiempo que dedican a recibir dicha información. Por ello te recomendamos leer las noticias una sola vez al día por un lapso máximo de 15 minutos. Lo suficiente para estar informado, pero no ansioso.
Ponte creativo
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Sumá algo diferente a cada día, esto romperá con la adaptación de tu cerebro a la rutina y al colapso de la misma. ¿Qué tal si un día te proponés investigar y disfrutar un género musical que te llame la atención? O mejor aún, ¿qué tal si liderás actividades divertidas con tu familia? Por ejemplo, los lunes puede ser el día de ver películas de comedia juntos, el martes se ponen el sombrero de chefs y entre todos cocinan una deliciosa cena, los miércoles hacen ejercicio en casa.
Divide tu día
Aislarte de tu familia, incluso teniéndola al lado no es conveniente para tu salud mental. Te proponemos una solución muy sencilla: divide tu día en dos grandes momentos. El primer momento podría ser aquel en el que recibís tus clases y realizas tus trabajos (en la mañana y en la tarde), el segundo momento es específicamente para compartirlo con tu familia, tal vez en el horario de la media tarde y la noche.
El dialogo como puente de afecto
¡No dejés que la comunicación con tus seres queridos se pierda! Procurá hablar con ellos a diario. No es tan difícil, sencillamente aprovecha los desayunos, almuerzos y cenas para hablar con ellos, y bueno si en tu casa se perdió la costumbre de reunirse, sé vos quien lidere esos momentos de contacto familiar.
Hábitos saludables
¿Sos de los que se queda todo el día estudiando desde cama y en pijama? Si tu respuesta fue sí, te contamos que hábitos como este en incluso el comer a deshoras constituyen un total desequilibrio entre todas las actividades que deberían componer tu día.
El hecho de ducharte, comer en la mesa y no quedarte todo el día en cama, aportarán a ese equilibrio y salud mental que tanto buscamos por esta época.
